Katelin tiene 17 años, su sueño es ser una gran actriz, ser modelo, ser perfecta. Desgraciadamente nadie es perfecto. El espejo era su mayor crítico, se veía gorda, fea, insulsa,… No veía el sentido de su vida.
Cuando pasaba por la calle la gente la miraba, siempre iba tan guapa, pero ella no tenía la misma idea de sí misma, creía otras cosas, “soy fea, no me miran bien, estoy fofa” entonces iba a casa y se ponía a llorar, en cada página de su diario siempre encabezaba el día con “soy un desastre”.
Su amiga Cristin, la consiguió un trabajo en el circo, aunque la aviso que no era una vida muy buena pero a esto la contesto: “¿tú crees que hay vidas peores que la mía? soy huérfana; mi hermana, si es que la tengo; pasa de mí y la única familia que me queda es un tío drogadicto y tuerto, ¿tú crees que hay vidas peores que la mía?”. Rechazo toda ayuda, quería salir adelante ella sola, como siempre, sin ayuda. No creyó que la contrataran para algo esplendido, si no para ayudar a limpiar jaulas, la pista,… Cuando la dijeron que sería la ayudante del Gran Mago Rasputín, la falto poco para saltar de la alegría. La dieron traje, gorro, instrucciones,… La primera actuación fue un éxito, la paga fue abundante y la uso, junto a unos pocos ahorros, para operarse, la avisaron del peligro de operarse en aquel estado, no la importo solo quería ser perfecta. La operación fue un éxito aunque los resultados no fueron tan exitosos, quedo esquelética.
A la llegada al circo la metieron en el camerino, la dieron grasa, vitaminas, etc. Se lo tomo a mal, pensó que la querían engordar para un nuevo número, “La mujer más gorda del mundo” pensó, la gente se reiría de ella, y así se cumpliría la mayor de sus pesadillas, que la gente se riese de ella.
Pasaron 3 meses, y Rasputín, que fue como su padre, se preocupó tanto por su salud que llamo a un médico. Después de analizar la situación le dijo a Rasputín:- Señor… me temo que como siga así no durará mucho más-Mire, es como mi hija, la adoro, no quiero que deje este mundo en tales condiciones. Su obsesión por ser perfecta…-La llevará a la muerte- ¿y no hay nada para que no muera?-Bueno si hay algo…- El doctor se acercó a Katelin y la dijo-Estas muy gorda ¿no?-Sí, demasiado, mi padre no me quiere, solo quiere que coma para estar como una foca…-Bueno yo tengo un solución- La extendió unas pastillas y la explico su efecto- Estas pastillas harán que aunque comas no engordaras ni siquiera un kilo-¡Oh! Gracias, de veras, muchas gracias. Aunque mi padre…-Tranquila, le he dicho que son para engordar- Katelin cogió las pastillas y rápidamente tomo una.
Transcurrido el tiempo tomando las pastillas que la receto el doctor, no adelgazó si no que engordo, tal y como habían previsto. Recupero su forma, sus curvas, su figura, y volvió a la pista pero esta vez con un número nuevo, su número el número que le llevaría a la fama. Este consistía en una cuerda azul donde se enrollaba y volaba, como una mariposa. En los carteles del circo ponía: “Katelin, la chica mariposa, única, inigualable”. Su primera actuación fue genial, espectacular, magnífica. Se hizo famosa tan rápido que en una semana era tan solicitada que la requerían en todas partes. Por fin era perfecta, era un sueño, un milagro, era una diosa, una diva,… era simplemente perfecta.
2º capítulo: “El adiós es duro; pero no pienses en él”
Actuó miles de veces más; era el número principal, el más solicitado, y el mejor pagado. Gano miles y miles de euros. Los primeros miles fueron para una nueva operación. Volvieron los llantos, los complejos, las discusiones, la soledad,…
Rasputín era viejo, y no podía seguir; además su número estaba en segundo plano, ya a nadie le importaba lo bien que lo hacía, ya no importaba el Gran Mago Rasputín, era prescindible y él lo sabía. Se podría jubilar, seguir ganando dinero y ocuparse de su mujer Clara. Clara era una mujer ya mayor, rechoncha, baja, ere la típica ama de casa, pero con una excepción, nunca había concebido un hijo y eso la deprimía. Tampoco quería adoptar, la repugnaba tener que decir a un niño que ella no era su verdadera madre. No entendía por qué Ray, llamaba así a Rasputín, seguía con ella.
Ray era; en sus años más jóvenes; un apuesto y atractivo muchacho, muy solicitado entre las chicas. Era alto, delgado, rubio con los ojos verdes, penetrantes, increíbles, eran como un mar del Caribe, eran como esmeraldas. Sus ojos seguían siendo extraordinarios, pero estaban desgastados; no se sabe si por la edad o por tantas cosas que vio en el pasado. Su vida era un pésimo episodio de la sociedad, donde las drogas, el alcohol y otras muchas cosas más eran tabú y una familia con hijo alcohólico era como no tener hijo.
Clara lo conoció en una callejuela de la calle BruclimsRay comenzó en el circo, como un número más y al final acabó siendo uno de los números más codiciados, y ganó lo suficiente para subsistir.
Clara lo conoció en una callejuela de la calle BruclimsRay comenzó en el circo, como un número más y al final acabó siendo uno de los números más codiciados, y ganó lo suficiente para subsistir.
Ray hablo con Kate, hablaron sobre el futuro, sobre el presente, sobre el pasado. Eran tan iguales pero a la vez tan distintos. Ella era una “princesa”, la daban; en su justa medida, todo lo que quería; en cambio él… su historia era narrada cada día en sus ojos, cada vez más apagados por la edad. Ray le contó el último episodio de su vida, el de decir adiós al circo, a su familia. Kate no pudo aguantar la tristeza que eso la suponía, la primera lágrima fue dura y sutil, cayó en la mano de Ray como un cuchillo que le traspasara, nada más oír: lo siento. Estas palabras retumbaron en sus oídos, como un trueno, y después su figura corría para salir del camerino.
Ray no pudo decirla adiós, tampoco lo intento. Estaba muy deprimido, ni siquiera pudo andar hacia el coche. Se montó, y se estremeció, lloró, lloro por ella sus complejos, sus manías, sus costumbres,… su perfección. Llego a casa y sin decir nada a Clara se metió a la cama, no durmió solo pensó. Y se dijo a sí mismo: el adiós es duro, pero no pienses en él.
3º Capítulo: "vamos mariposa deja de soñar con tu
mariposon ideal"Para Kate nunca fue igual. Todo cambio desde que Ray se fue. Cambio todo en su mundo. No perdieron el contacto del todo, se comunicaban por cartas. Más de una estaba escrita por Clara, porque Ray no tenía fuerzas para escribir, había veces que ni para comer. Katelin tenía cada vez más números, todos distintos. Todo lo que hacías se lo escribía y se lo mandaba a Ray y a Clara.
El tiempo transcurrió lentamente, llego el 21 de noviembre, fecha que tenía marcada en todos sus calendarios.-Hoy es el gran día, tendré 18 años, seré mayor de edad y podré hacer todo lo que quiera, sin pedir permiso a nadie; y así seré perfecta-Se dijo Kate así misa- Mariposa, sal a pista ¡Ya!- ¡Roller no estoy lista!- Me da igual que no estés lista además, tratame con un cierto respeto, soy tu jefe- ¡¿Más respeto?! Roller…- Para empezar no me repliques y a partir de ahora soy el señor Mrs. Bottom- dice Roller muy seguro de sí mismo- Veamos señor Bottom, ¿quiere sacar a otro a pista?- No, no quiero sal ya a pista, corre, vamos,…- Pero es que,…- ¿Acaso es que te niegas…?- El silencio reino en el camerino y murió varias palabras que habían sido susurradas por Kate: hoy es mi cumpleaños…
A él no le importó, tenía que estar lista y hacer su número. Salió como siempre a hacer su gran espectáculo, pero la sorprendió ver que esta vez había poca gente, pero lo que más la impacto fue ver un chico, apuesto, a trajeado, era el hombre perfecto, para la chica perfecta. Actuó con normalidad, pero no quito de encima los ojos de aquel chico. Cuando acabo, él se fue, como todo el mundo, y ella esperaba en la puerta con la esperanza de que se diera cuenta de su insignificante existencia. Sus ojos los suyos, los buscaban como dos perlas en la arena. Cuando sus ojos chocaron parecía que el mundo se parase, se olía el amor. Parecían dos mariposas que echaran a volar y que juguetearan en las flores para luego estar unidos por un lazo fuerte. Nada más verse estaban unidos, , era una unión inusual. Dicen que cuando es un amor verdadero lo sientes, ella sintió tantas cosas: amor, pena, alegría, tristeza, odio, … Sentía tanto y a la vez tan poco, era un único sentimiento, lo amaba y parecía que el sentimiento fuese mutuo. Si hubiera que definir ese sentimiento sería tan difícil, pero a la vez tan fácil… -Venga mariposa, deja de soñar con tu mariposon ideal- Pero ¿qué?- ¡Despierta!- Kate miró a su alrededor, no quedaba nadie, ¿sería verdad que estaba soñando? No, demasiado bonito para ser solo un sueño- No estoy soñando, solo que, bueno…- Ya me lo contarás en otro momento pero ahora vamos Gladis ha preparado un sopa exquisita- Si ahora voy- Kate miro por segunda vez a su alrededor, no vio a nadie- ¡Vamos que se enfría!-Grito Roller desde dentro de la carpa-Sí, voy… no tengo otra cosa mejor que hacer…- dice ella para si misma.